¿Alguna vez te has preguntado cómo se hace ese exquisito elixir ámbar que llena tu copa en las noches de celebración? Esa bebida de sabor fuerte y característico, lleno de historia y tradición, alrededor del cual se han tejido innumerables leyendas a lo largo de los siglos. Sí, estamos hablando del whisky, esa encantadora esencia capaz de deleitar hasta al paladar más exigente y, al mismo tiempo, ahuyentar el frío en una noche de invierno. En este artículo, desvelaremos los secretos ocultos detrás de la producción del whisky, desde sus ingredientes hasta el arte de su destilación, en un viaje apasionante por el mundo de esta inigualable bebida espirituosa. Y quien sabe, tal vez termines con un renovado aprecio y conocimiento sobre tu destilado favorito, lo suficiente como para convertirte en un verdadero experto. ¡Acompáñanos en esta aventura y descubre cómo se hace el whisky!
El Proceso de Producción del Whisky: Desde la Cebada Hasta el Barril
Aquí exploraremos los pasos clave involucrados en la producción del whisky y cómo estos impactan en su sabor final. Aprende sobre la selección de ingredientes, el malteado, la fermentación y mucho más.
Selección de ingredientes: la base del sabor del whisky
La elección de los ingredientes es esencial para determinar el perfil de sabor de un whisky. Por lo general, los componentes fundamentales incluyen:
- Cebada malteada: Es la base principal en la producción de whisky. La cebada se maltea mediante un proceso que implica remojarla en agua y dejarla germinar, liberando enzimas que convierten el almidón en azúcares fermentables.
- Agua: Este elemento es importantísimo, ya que afecta tanto al sabor como al proceso de destilación. Por ello, muchas destilerías seleccionan cuidadosamente sus fuentes de agua, utilizando manantiales o ríos locales.
- Levadura: La levadura juega un papel fundamental en la fermentación, convirtiendo los azúcares presentes en el mosto (el líquido obtenido al mezclar cebada malteada con agua caliente) en alcohol.
Malteado: el primer paso hacia un buen whisky
El proceso de malteado es un paso importante en la elaboración del whisky, ya que le aporta un sabor único y permite la fermentación adecuada de la bebida. Este proceso consiste en la transformación de los granos de cereal, normalmente cebada, a través de la germinación y posterior secado.
- En primer lugar, se remojan los granos de cereal en agua durante dos días. En este periodo, los granos comienzan a germinar de manera natural.
- A la semana se detiene artificialmente la germinación con el proceso de secado. Este se realiza en un horno con una mezcla de antracita y turba. Cuando más contenga esta última, más ahumado será el scotch.
Molienda y maceración: extrayendo los azúcares
Se continua con la maceración, que es el proceso de extracción de los azúcares del grano malteado. Para ello, se muele el grano hasta obtener una harina gruesa que se mezcla con agua caliente. La mezcla se remueve y se deja reposar durante un tiempo. Es en este momento donde las enzimas del grano convierten los almidones en azúcares. El líquido azucarado que se obtiene se denomina: mosto
Fermentación: transformando azúcares en alcohol
Un momento clave en la producción del whisky, es la fermentación, que es el proceso de convertir los azúcares del mosto en alcohol. Para ello, se añade levadura al mosto. La levadura consume los azúcares y produce alcohol y dióxido de carbono. El proceso de fermentación dura entre 48 y 56 horas. El resultado es un líquido fermentado o Wash, con un bajo porcentaje de alcohol que ronda los 7 a 9 %.
Destilación: purificando y concentrando el whisky
El siguiente paso es la destilación. Este proceso consiste en calentar el wash o mosto fermentado y lograr separar y concentrar el alcohol. Para eso se utiliza un primer alambique de cobre, donde se logra un primer líquido con una graduación de alcohol de 20°. Se hace el mismo proceso en un segundo alambique, donde se calienta el producto para luego transportarlo en estado de vapor, por serpentinas y luego enfriarlo, y así obtener un Spirit de 60° a 70° de graduación alcohólica. Finalmente, el stillman o el experto en destilación, seleccionará el cuerpo del spirit y desechará la cabeza y la cola. Para eso, mediante su experiencia, determinará el mejor producto, observándolo cuando pasa por unas cañerías con una ventana transparente. Para luego añejarlo en barricas.
Maduración: añejando el whisky en barricas para desarrollar su sabor
El proceso de maduración le al whisky su sabor y aroma distintivos. El spirit se diluye en agua para bajar el grado alcohólico hasta un 63.5%. Luego se almacena en barricas, generalmente hechas de roble, durante un período mínimo de 3 años para caso de los whiskys escoceses. Durante este tiempo, el líquido interactúa con la madera del barril y adquiere sabores y tonalidades diferenciales. Cada barril será controlado, en forma regular, por un experto en maltas o de mezclas.
Existen varios tipos de barricas utilizadas en el añejamiento del whisky, como por ejemplo:
- Barricas de bourbon: Estos barriles, previamente utilizados para madurar bourbon, aportan notas dulces y sabores a vainilla, caramelo o coco.
- Barricas de jerez: Usados originalmente para almacenar vino jerez, estas barricas proporcionan al whisky sabores ricos y afrutados con notas a frutos secos y especias.
- Barriles de vino: Barriles que contenían anteriormente vinos tintos o blancos pueden proporcionar notas afrutadas sutiles o sabores más robustos y terrosos
Filtrado y embotellado: los toques finales antes de disfrutar del whisky
Cuando el whisky ha alcanzado la madurez deseada, se diluye con agua pura de la destilería, hasta alcanzar los 40° o 43°. Luego se añade color antes de embotellar, con un poco de caramelo. Es que en las distintas barricas los colores pueden variar, y se busca uniformar el color comercial.
Finalmente, el whisky se lleva en camiones cisterna y se embotella en lugares generalmente, fuera de la destilería, donde además se etiqueta según las regulaciones locales e internacionales. En la etiqueta se añade información como la edad, la destilería de origen y el tipo de barril empleado en el proceso de maduración.
Whisky: dónde se fabrica?
El whisky puede ser elaborado en varias partes del mundo, no obstante, hay países que se destacan por su producción.
Escocia: Este país es muy famoso por su whisky, que a veces se lo llama “Scotch”. Hacen varios tipos de whisky, como el “Single Malt” y el “Blended”. Las destilerías en Escocia están en lugares que se caracterizan por sus montañas y ríos.
Irlanda: Aquí también hacen muchos whiskies. De hecho, la palabra “whisky” viene de una palabra irlandesa que significa “agua de vida”. El whisky irlandés en general es muy suave y fácil de beber.
Estados Unidos: En este país se hace un tipo de whisky llamado “Bourbon”, que debe ser hecho principalmente de maíz y madurado en barricas nuevas de roble. Muchas destilerías de bourbon están en un sitio llamado Kentucky. También hacen otro tipo de whisky llamado “Rye” que se fabrica principalmente con centeno.
Canadá: Este país es famoso por su whisky de centeno, aunque también usan otros tipos granos. En general, el whisky canadiense es más suave y más dulce.
Japón: En los últimos años, los whiskys japoneses han sido galardonados con muchos premios. Las destilerías japonesas los hacen a la manera de las escocesas, pero con su propio toque singular que los hace muy requeridos.
Cómo apreciar al máximo el whisky
Disfrutar del whisky es un arte en sí mismo. Antes de beberlo, es importante examinar su apariencia y color, que pueden variar desde amarillos pálidos hasta ámbares oscuros. A continuación, huélelo para identificar los matices aromáticos que pueden incluir notas florales, ahumadas o especiadas. Finalmente, disfruta lentamente del whisky en pequeños sorbos para saborear y explorar sus complejidades en tu paladar.
Ahora que conoces todo el proceso detrás de la producción de este destilado, estás listo para degustarlo con verdadera apreciación por su elaborado e intrincado proceso artesanal. ¡Salud!
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